sábado, 31 de julio de 2010

Límite - María Luna Luján

Con mis pulmones llenos hasta el tope, comenzamos a dialogar.
Líneas temblorosas sin sentido que no terminan jamás
Y con un juego de seducción pongo fin a tus palabras,
Pero la razón te vence,
¿o acaso vos te cansas?
Estás “harto de pelear, de dejarte llevar por cosas sin sentido”.
Asumo mi parte,
Ahora te toca la tuya
que no puedes controlar.

Sentate,
Vení,
Podemos descansar.

viernes, 30 de julio de 2010

Espejitos de colores - Néstor Mendoza

“de la nada a la gloria me voy…”
(motor psico, redonditos de ricota)
Me duele la mandíbula. Los párpados se caen. Veo espejos por ahí, y pienso en eso que leí y dice de La Gran Llanura del Chiste. Un espejo, aprendí, es una superficie pulida en la que al incidir la luz, se refleja siguiendo las leyes de la reflexión. Mi mandíbula sigue sus propias leyes o las leyes de la ingesta química. La Gran Llanura del Chiste podría también ser El Gran Reino del Revés. Los espejos, si no estoy dado vuelta, tienen vidrio. El vidrio que se convierte en espejo es un gran simulacro, un chiste al revés; dado vuelta, digamos. Pero si la lógica no me falla también podría afirmar que:el vidrio no se come.
La nostalgia y el recuerdo son como una mandíbula que funciona todo el tiempo. Tremendo mecanismo el de masticar y masticar. Y entonces viajo, -¿Qué otra cosa es esto que hacemos hoy sino un gran viaje?- y mastico un recuerdo, y me veo a los doce años sentado en mi primer gran duda sobre un tronco y mirando el cielo del campo santiagueño: “Tragué la hostia pero no he sentido que fuera el cuerpo de…, ni de Dios, ni de Cristo, nada…” Entonces no sabía del método Cartesiano, tampoco y a pesar de los esfuerzos del Cura, el significado de la primera comunión. Pero iba por el camino de entender que el vidrio no se come y la hostia podía ser un Gran Cuento para calmar ansiedades o muchas otras cosas. Con el tiempo he aprendido a respetar a los que creen en la medicina de Dios, porque estimo que yo no lo soy y por lo tanto cada quien toma el remedio que más le conviene. Sin embargo Dios es algo que no sé, porque mi cabeza es muy diminuta y ese concepto es inabarcable. De todas maneras hablaba de espejos y vidrios y a pesar de mí, todavía ellos se comen y lo más tremendo: los siguen fabricando de colores.
Después del mundial y la cantidad de plasmas y lcd’s – nótese el parecido con lsd- vendidos y funcionando cual espejos o vidrios en esos apilamientos de ladrillos con cemento que llamamos casas; sospecho que algo no funciona. Vender "espejitos de colores" equivale a estafar. Los invasores trocaron a los nativos productos de gran valor por espejitos de colores. Es cierto que son lindos, pero a nadie le gusta que le digan que no son más que vidrio de color. Yo no sé como se vive en el auto engaño, a mí no me parece. Pero hay días que me pregunto: ¿Y de qué vale estar despierto? ¿No sería mejor participar de la mentira del todo está bien? ¡Ah, los paraísos artificiales!. Y si la maquinaria de recordar no me falla fue a la misma edad más o menos cuando me fasciné con un cuento, era aquel del Emperador que gustaba de estrenar trajes nuevos cada hora. Pero como en todas las cosas, el exceso produce aburrimiento y no había novedad que le sedujera. Hasta que alguien le hizo la propuesta del traje más fino jamás visto. Era tan delgado éste que, cuando iba a probárselo, nadie lo registraba pero era mejor creer que no se veía por ser extremadamente fino. Ya se sabe: Mejor no contrariar al Emperador y por tanto es mejor negocio seguir con el cuento. Todos sabemos que llegó el día del estreno y el Emperador paseaba por las calles en bolas y todos aplaudiendo el nuevo y fabuloso traje. Pero nunca falta un aguafiestas, en este caso un niño, que en medio del desfile gritó:-
¡Pero si no lleva nada puesto!
Suelen decir que los niños y los borrachos dicen la verdad. Yo no lo sé porque no estoy seguro que ese que aparece en el espejo sea yo. Si el de verdad está ahí adentro y el que está de este lado es el reflejo. A lo mejor sea un gran sueño. Un cuento mal contado que todos aplauden entre líneas blancas e interminables. Mejor pongo una canción de Invisible y me voy hablar con el limonero, que hay días no me miente.

domingo, 25 de julio de 2010

Crónica de un viaje - Mauricio Rey.

Viajar para mí, siempre es algo placentero, salvo situaciones que ameriten lo contrario. Ese sábado, habia llegado a la terminal de ómnibus en Santiago del Estero, esperé y llegó después de media hora el transporte que me llevaria a Forres, distante a 48 km de la capital.
De a poco se iba alejando de aquel paisaje urbano para tomar el camino por la ruta 34. Viaje tranquilo, en el que al costado se observan estaciones de servicio y hoteles alojamiento, en la misma y distinta proporción. De a intervalos el omnibus se detiene para que los pasajeros suban y bajen.
Llego a la ciudad de Forres, me encuentro con quien tenia pautado, me entrega un disco y un libro, charlamos poco porque ella debe irse a su casa a atender menesteres propios. Me despido, y como tengo tiempo suficiente escribo en la libreta que llevo conmigo. Enfrente mio está la estación de trenes, en sus vias hay una formación de un tren carguero, tengo cierta melancolía por aquello que alguna vez comunicó el centro del pais con el último pueblo argentino, pero que en éstos treinta o veinte años ha pasado a manos privadas que han lucrado y han dejado afuera a miles de ferroviarios; tal como cuenta la canción del cantautor cordobés Jairo. Mas allá de eso, tengo la esperanza de que esa formación vuelva a mover el pais.Ha llegado el omnibus que estaba esperando, toma rumbo a la ruta nuevamente, y la magia sigue intacta. Me duermo!!! despierto en La Banda, la vuelta está cada vez mas cerca. Otra vez el rio Dulce, la autopista que separa y une Santiago de la vecina La Banda. El rio y su majestuosidad, y el peligro de ser tragado por el. Tambien se divisa la estatua de El Cristo, de Roberto Delgado. La cancha de Union Santiago. Estoy en mi ciudad, estoy dejando impresiones, tomo nota del viaje.

lunes, 19 de julio de 2010

La basura - Diana Belaústegui

Se detuvo en mitad del camino, bajó el vidrio y escupió un montón de saliva sanguinolenta que aguantó lo más que pudo.
El sabor metálico era asqueroso, le producía arcadas.
A esa hora de la noche no pasaba gente, tuvo tiempo de salir, dar unos pasos para hacer correr nuevamente la sangre por las piernas y entró.
-¡Basura!- pensó mientras escupía de nuevo -¡¡Toda la basura que estorba se tira a la mierda!!
Mirando bien a su alrededor pensó que tal vez ese podría ser el lugar preciso.
Salió de la ruta hacia el monte tupido que se alzaba a escasos metros.
Abrió la puerta trasera y sacó "su bolsa de basura".
Una bolsa negra, grande, que sólo la cubría desde la cabeza hasta poco más de los hombros.
Cuando la tuvo entre los brazos, laxa y tibia, recién pudo ver su respiración leve y dificultosa, casi inaudible, casi perdida en la sórdida bruma de la muerte.
Ese frío gélido obraría maravillas en el cuerpo desnudo, y lo colocó a unos cinco metros dentro de los matorrales, sentándose junto a ella para conmoverse con la preciosa escena de un cuerpo que deviene en simple bolsa de órganos.
Quería ser el observador privilegiado, honrado con el espectáculo sublime de la muerte sentada en el pecho trémulo de la mujer, decidida a dar el bocado final.
La agonía duró exactamente cinco minutos.
Satisfecho se levantó y regresó con la típica sensación de saciedad.
Colmado y emocionado hasta las lágrimas había olvidado el golpe en la boca y la sangre que ahora nuevamente le corría por la lengua.
Se paró asqueado y vomitó. Cuando logró reponerse intentó incorporarse pero una nueva arcada lo dejó en cuatro patas, escupiendo a boca llena, dejando hilos rojos que le cruzaban por el mentón.
¿Qué tanto daño le pudo haber hecho el puño de esa basura muerta?
Escupía y vomitaba en medio de la nada, sin fuerzas en las piernas, con los brazos temblando incapaces de sostener su propio peso. Cayó al suelo quedando con la vista al cielo.
Por el rabillo del ojo la podía ver sentada a su lado, desnuda y con la bolsa negra aun en la cabeza, esperando ansiosa la emotiva escena.
La muerte, ni señora ni señor sino andrógina, se recogió la falda pantalón para sentarse en su pecho y dar el último bocado de la noche.

viernes, 16 de julio de 2010

Notas al margen de la rayuela

"Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrecita y la punta de un zapato”.
- Rayuela, Julio Cortázar -.
Por ejemplo aquí,
una hormiga
sobre mosaico blanco.
Bien o mal podrá decirse:
es un punto;
para el caso, es rojo o es negro;
patas varias;
toma envión
en apariencia hacia el sur,
porque siempre habrá
uno que otro norte;
y en principio tiene cuatro líneas que la cercan,
pero cierto es que son muchas más que cuatro.
Y no lo sabe.
Y por ejemplo aquí,
nosotros
horizontales
verticales
descalzos
traspapelados entre otros cuadrados y planos.
Podrá también entonces de uno decirse,
mal, bien o más o menos:
es un cuerpo,
flaco, chato, redondo
y/o etcétera para el caso;
ojos dos,
esta vez no están cerrados;
toma envión con la cabeza
dentro de sí y/o fuera de él
siempre
tarde o temprano
hacia el final de la rayuela;
y en principio,
todas
pero todas
son las líneas que lo cercan,
pero cierto es que son muchas menos que todo
lo que se quiera entender claro por todo.
Y no se sabe
si lo sabe.
Qué animal

de estos dos
será el más breve.
Cuál se desplazará
antes de.

De Verónica Pizzella.

jueves, 15 de julio de 2010

"Juana Bignozzi: Mujer de cierto orden y literatura en serio" por Verónica Pizzella.

Juana Bignozzi nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1937. Es autora de los libros de poemas "Los límites", "Tierra de nadie", "Mujer de cierto orden", "Regreso a la patria", "Interior con poeta", "Partida de las grandes líneas", "La ley tu ley" y "Quién hubiera sido pintada". Residió en España entre los años 1974 y 2004. Recibió el Segundo Premio Municipal de Poesía en el 2000 y el Premio Konex Diploma al Mérito en el rubro "Poesía: quinquenio 1999-2003".

..."Una poesía para impresionar
con grandes imposibles olvidos que no llegan
o esas frases de: tengo para poco
una poesía en realidad para ser un animal herido entre la gente
para irse a un rincón y tratar de no molestar.
Si digo esa poesía, ya no me interesa
es porque he empezado a sentir gusto por la vida en serio"...
("La literatura en serio", de "Mujer de cierto orden", 1967).
Suspendido y postergado para fecha a confirmarse en agosto.
Próximo encuentro de la Jeta literaria también a confirmar.

lunes, 12 de julio de 2010

Rezo del perjudicado - María Julia Jorge Auad

El encuentro del mito y la ofrenda
El Leviatán no resucita,
el Leviatán resurge en el pantano.
Se siente su cólera vibrante,
que es falsa.
Y el barro que se escurre por sus heridas,
profundas.

Al definirse su forma deforme.
El Leviatán abre la vista
y me encuentra de nuevo,
arrodillada rogándole
que me capture,
que me deje a salvo de mi poder,
bajo su poder,
para tiranizarme
y no sentir.

La transformación exigida
La toma, me toma.
La apertura del barro,
un sonido seductor que me envuelve.
Y la risa magnifica del Leviatán que potencia la libido.
Entonces, desaparece la necesidad
de escapar de mi piel
y este acecho al que me somete la toma, mi toma,
es un orgasmo peculiar.

La descendencia descendente
Transformada.
Ya no me ataca,
la obligación de los pies en la tierra,
ni el soplo del rey,
ni la peste que acompaña la nube negra de la rutina,
ni la cínica luz del día,
ni el asiento que otorga la decisión.

Solo soy, el pensamiento inadecuado
del cualquiera, a quien le soy imposible.
Y soy la belleza invisible,
donde los ojos de los tentados
encuentran lo esencial.