viernes, 17 de julio de 2009

El Anarquista de Abel Miranda

Chao Viejo

Yo te amo Bety, lo sabés. Pero no puedo ir en este momento, las cosas andan mal. No sé qué hacer con el cadáver de mi padre. Sabés que él era un buen hombre. ¿Cómo decís? No, no, vos sabés que ahí lo van a tirar en cualquier lugar, metido dentro de una caja, y el viejo no se merece una cosa así. Sabés, son muchos años… ¿Cómo decís? Sí ya sé que de todas maneras está muerto, pero el viejo no se merece una cosa así.
A mi madre no tengo dónde llevarle flores, ni sé qué es lo que han hecho con su cuerpo. Sabrá tenerlo algún estudiante de medicina. Que estoy soñando? Claro, claro, estoy soñando, pero la vieja no esta. Para colmo este viejo ateo y anarquista. ¿Quién va a quererlo? ¿Quién va a quererlo a este viejo de mierda? ¿Quién?
La casa ya es del banco y en cualquier momento me van a pedir que desaloje. Tengo que sacar algunas cosas, bah, papeles que el viejo escribía.
Nunca pudimos entendernos; su vida fue una constante pelea y de esa pelea no le quedó nada sabés.
¿Cuántas horas hay que velar a un muerto? Lo tengo aquí, al frente, me mira como si yo fuera un lejano pasado. Viejo, ¿qué voy a hacer con vos? Si por lo menos hubieses pagado algún servicio, ahora tendrías cajón y un buen lugar para descansar. Pero vos viejo ni muerto dejás de joder.
Sí Bety, ya sé que tengo que ir. No me jodás. Vos sabés que te quiero. Les dejaría a esos hijos de puta el cadáver del viejo, sería como ponerles una buena bomba. El viejo se estaría cagando de risa si me escuchara. Así era él, todo un hijo de puta. Sabés las veces que estuvo preso mi viejo. Una vez la cana le estuvo pegando día y noche, día y noche, ¿vos te creés que el viejo mandó a alguno de sus camaradas en cana? Se la bancó bien el hijo de puta. Cuando la vieja lo vio llegar lloraba, el viejo no dijo nada. A los días sabés a dónde los mandó a esos hijos de puta. Volaron a la mierda. ¿Sabés a cuántos compañeros del viejo mataron? De varias se salvó el viejo, de varias. A Mario lo mataron frente a mi vieja, con esa muerte ella se hundió…Mario era hermoso.
Bety, ¿me escuchás? Imaginate que al viejo lo entierre y le ponga una cruz como a toda tumba. Sabés qué, el viejo viene del infierno a patearme el culo. No, no, la verdad que el viejo no da para un cementerio. Se van a ir a la mierda los otros muertos, almas y huesos a la mierda, me escuchás.
Bety, pará un segundo que el viejo casi se me cae de la silla. Hola Bety, sí, sí, ya lo acomodé, quedó sentado. Viejo qué cara de anarquista hijo de puta que tenés. Cómo te quería Mario, él era capaz de seguirte a la muerte. Qué hombre que era Mario. ¿Quién no lo podía querer? Mirá viejo no sé si alguien me va a entender, yo sé que vos me entendés.
Sí, Bety? Estoy hablando con el viejo. Mirá Bety te corto porque voy a salir para allá. Esperame, ya voy a arreglar esto y me rajo.
Viejo, bueno mirá, voy a llevarme tus papeles y voy a dejarte aquí, seguiles haciendo la vida imposible a esos hijos de puta. Te voy a dejar aquí y vas a ver la cara que ponen. Es lo mejor que puedo hacer viejo. Siempre fui un boludo y no sé si lo que voy a hacer va a ser otra de las mías. Chao viejo, me llevo tus papeles. Ya vas a ver la cara de esos hijos de puta. Van a tener que cargar con vos. Ahora que los peleas desde la muerte se van a cagar esos hijos de puta. Chao viejo, me llevo tus papeles.

1 comentario:

  1. Me agrada la legitimidad (no la verdad) de las palabras en boca del personaje. La presencia de una voluntad terrible que vuelve existente una historia lejanamente cierta, indiferentemente posible, voluntariamente personal.

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